martes, 20 de agosto de 2013

Estoy harto de la vida

Estoy cansado de trabajar y de ver la misma gente, camino a mi trabajo todos los días, llego a mi casa y mi esposa sirvió lo mismo para cenar, y no me gustó mucho que digamos, pero tengo que cenar aunque no me guste. Voy a entrar al baño y mi hija de apenas año y medio no me deja porque quiere jugar conmigo, no entiende que estoy cansado y quiero entrar al baño. Después, tomo mi revista para leerla en mi sillón y sale mi esposa con su...

¿Qué tal me veo?, me arreglé para ti; le digo que bien sin despegar los ojos de mi revista, para variar se enoja conmigo porque dice que no la comprendo y que nunca la escucho, no sé porque se enoja si le pongo toda mi atención, es más, aún viendo la tele. A veces quisiera estar sólo y no escuchar nada, yo sólo quiero descansar, suficientes problemas tengo en el trabajo para escuchar los de mi casa, entre clientes, esposa, hija y padre, me vuelven loco, quiero paz.

Lo único bueno es el sueño. Al cerrar los ojos siento un gran alivio al olvidarme de todo y todos...

Hola, vengo por ti ¿Eh? ¿Quién eres tú? ¿Cómo entraste? Me manda Dios por ti, dice que escuchó tus quejas y tienes razón, es hora de descansar.

Eso no es posible, para eso tendría que estar... Así es, lo estás, ya no te preocuparás por ver a la misma gente, por caminar, ni de aguantar a tu esposa con sus guisos, ni a tu pequeña que te moleste, es más, jamás escucharás los consejos de tu padre. Pero... Y ¿qué va a pasar con todo, mi trabajo?

No te preocupes, en tu empresa ya contrataron a otra persona para ocupar tu puesto y por cierto, está muy feliz porque no tenía trabajo.

¿Y mi esposa, mi bebé? A tu esposa le fue dado un buen hombre que la quiere, respeta y admira por sus cualidades que tu nunca observaste en ella, y acepta con gusto toda su comida sin reclamarle nada, porque gracias a Dios tiene algo que llevarse a la boca todos los días, además, se preocupa por tu hija y la quiere como si fuera de él, y por muy cansado que siempre llegue del trabajo, le dedica tiempo para jugar con ella.

Son muy felices no, no puede ser... ¡No!, ¡no!, ¡no puedo estar muerto!
Lo siento la decisión ya fue tomada. Pero... Eso significa que jamás volveré a besar la carita de mi bebe, ni decirle te amo a mi esposa, ni darle un abrazo a mi padre. Ya no volveré a vivir, ya no existiré más. Nunca más escucharé las palabras que me decían: ¡Ey! ¡Amigo!, eres el mejor, hijo mío, estoy orgulloso de ti, cuanto amo a mi esposo, papito, te quiero mucho... ¡No quiero morir!, ¡quiero vivir!, ¡envejecer junto a mi esposa!, ¡todavía no!

Es lo que querías, descansar. Ahora ya tienes tu descanso eterno, duerme para siempre... No, no, no, por favor, ¡Dios! ¡No!, ¡por favor!, ¡Ey! ¿Qué te pasa amor? ¿Tienes una pesadilla? Dios, mi esposa despertándome de ese horrible sueño. No, no fue una pesadilla mi amor, fue otra oportunidad para disfrutar de ti, de mi bebé y mi familia, de todo lo que Dios creó. Sabes, estando muerto ya nada puedes hacer, y estando vivo puedes disfrutar de todo.

 

En una ocasión en que mi esposo se fue de viaje, por la noche me llamó y comentó que estaba harto del trabajo que quería unas vacaciones, seguido se quejaba, yo le dije que le mandaría una reflexión por mensajes, y fue esta la que le envié pero sólo la mitad, ya que llegara le daría el resto, pero no regresó, a la semana lo mataron.



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