viernes, 25 de marzo de 2016

La vida cambia mucho cuando estás casada .....




En el noviazgo, todo comienza muy bonito. Comienza con una bella amistad que más tarde florece a una relación más profunda.

El amor entre ambos se va formando durante el trato, la convivencia, y con el compartir momentos agradables… hasta llegar a la

formación de una familia. Cuando se forma la familia todo cambia.

Una vez se ha formado la familia, la pareja ya no es la misma que era antes, evoluciona, cambia, se modifica y adapta… Afrontan

nuevos retos, y se acomodan y adaptan si pueden, y sin no lo logran, crean situaciones de confrontación y conformismo.

Las mujeres somos muy soñadoras, y construimos castillos en la mente cuando imaginamos nuestra etapa de madres. Pero a la hora

de la verdad, tanto nosotras como nuestros esposos, tenemos que afrontar duras obligaciones y cambios a nuestro estilo de vida.

Algunos lo sabremos llevar mejor que otros.

¿Cómo cambiamos en nuestra vida personal cuando estamos casados?

La situación de casados, y más aun de padres de familia, es diferente a la de la pareja enamorada que inicialmente éramos. Nos vemos

obligados a enfrentar nuestras diferentes personalidades, hábitos, hobbies, costumbres… mientras a la vez tenemos por delante una

gran responsabilidad de la que no podemos huir.

Cómo cambia la vida del hombre:

Hasta el día en que se casó, el hombre no necesitaba aportar gran parte de su salario a su casa, ni dedicar tanto tiempo y recursos a

ella. Ahora la mujer le lava la ropa, le mantiene el hogar limpio, le prepara la comida… pero por el contrario, él tiene menos tiempo

libre, ya no le es tan fácil salir con los amigos, ir de fiesta, no tener responsabilidades.

Lo que hasta ahora era su estilo de vida, no puede seguir así: tiene mujer (y tal vez hijos).

Cómo cambia la vida de la mujer:

La niña ha dejado de ser la “princesa” la niña de papá, la consentida de mamá, la niña que lo que más le preocupa era lucir linda,

ponerse linda para esperar al novio. La niña se convierte en mujer, ahora ya no es mamá quien lava los platos, es ella quien lo hace, y

muchísimo más si la maternidad se hace presente: de repente se ve cambiando pañales, amamantando, y de paso esperando al

esposo para quien tiene que tener comida caliente y la casa limpia…

¡Todo cambia tras casarse, y más aun al hacernos padres!

Muchas cosas cambian después del noviazgo, una vez se convierten en matrimonio, y más incluso si en padres. Las situaciones

cambian, los motivos de estrés, cambian… Todo cambia, salen a aflorar reacciones hasta ahora desconocidas por la pareja. Cosas que

antes no parecían importantes ahora lo son, como si los hijos tendrán una educación religiosa, de qué tipo… cosas que igual se

obviaron y no se hablaron antes de contraer matrimonio.

Es importante que ambos intenten tomar en cuenta los sentimientos y pensamientos del otro, así como sus creencias e ideas.

Intentar llegar a un acuerdo, recordando que ambos se comprometieron en matrimonio, a ser considerados el uno con el otro…

Ninguno está obligado a hacer lo que no quiere o no se siente cómo haciendo, hay que respetar a la pareja, su espacio y privacidad

Si cada uno de las dos partes guarda el debido respeto y consideración de los sentimientos del otro, lograremos hogares si no

perfectos, sí con mayor armonía y paz.

La relación comenzó con amor, buscando lo mejor para los dos, respetándose el uno al otro, podrán tener más fuerza y unión, para

afrontar los nuevos retos que tienen por delante. Así pues, todo lo que empezó con amor, que continúe con ilusión y tolerancia,

amando las cualidades y perdonando los defectos que cada ser humano lleva en sí...............

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