Esta carta la redactarás puño y letra. Puedes demorar todo el tiempo que sea necesario para terminarla de escribir. No se trata de escribirla con prisa, porque deberás irte acordando de cosas y detalles y eso te llevará, tal vez, varios días.
Con esta carta te liberas, de todo aquello que puedas estar heredando de tus ancestros, familia y personas que te rodean y que no te corresponde: enfermedades, culpas, rencores, frialdad, indiferencia, mala suerte en el amor, falta de cariño, dureza, secretos, tragedias, engaños, infidelidades, traiciones, robos, mentiras, problemas para tener hijos, etc. Vas a liberarte de todo aquello, que te está provocando problemas y enfermedades el día de hoy.
Carta
“Yo, …(escribe tu nombre y apellido)…, en este acto de mi puño y letra, redacto hoy esta carta como regalo a la familia a la cual pertenezco.
Con la ayuda, el amor y la presencia del Universo (o la deidad en la que creas), yo bendigo a mi familia y los perdono.
Yo libero a mi familia y me libero de ella. Me libero y libero a mis tatarabuelos, a mis tíos tatarabuelos, a mis bisabuelos, a mis tíos bisabuelos, a mis abuelos, a mis tíos abuelos, a mis padres, a mis tíos, a mis primos, a mis hermanos, a mis hijos (aunque no los tengas), a los amigos o enemigos de la familia, a mis amigos o enemigos, a toda persona a mi alrededor y a toda persona que en algún momento haya estado conmigo, de todos los programas inconscientes que me han heredado.
Los libero y me libero también, de cualquier ofensa que otra familia u otra persona haya recibido de mi familia o de mi persona, y les pido perdón a todos, en nombre de aquel que haya ofendido por parte de mi familia.
Hoy me libero y libero a toda mi familia y conocidos, de memorias de pérdida económica, conflictos por herencias, derroches, asesinatos, muertes repentinas o violentas, suicidios, enfermedades mentales, enfermedades físicas, accidentes, violaciones, tocamientos, adulterios, abortos, hijos no deseados, hijos no nacidos, hijos no reconocidos, hijos abandonados, incestos, abandonos, crueldades, golpes, violencia física, violencia emocional, infidelidades, engaños, traiciones, mala suerte en el amor, maldiciones, desarraigos, desamor, trabajos forzados, esclavitud, guerras, secretos no revelados, memorias de dolor, tristeza y llanto, y de todo aquello que sea una vergüenza o una limitación.
Hoy me libero y libero a toda mi familia y conocidos, de todo aquello que haya afectado a los miembros de mi familia y a otras familias, en otros momentos y generaciones, para que estas memorias, ya no se sigan heredando a través mío. Para que ya no se sigan perpetuando en mi persona ni en las generaciones por venir.
(Aquí comienzas a redactar todos los detalles que tú sí conoces, por ejemplo: Hoy Libero y me libero de mi padre -nombre-, por sus maltratos y su alcoholismo. Hoy libero y me libero de mi madre -nombre-, por su carácter sumiso y su diabetes. Etc.)
Hoy corto todo lazo con esas memorias y me libero de todas las cargas que no me corresponden, para mi bien y el de todos los involucrados.
Hoy agradezco al Universo (o la deidad en la que creas) por ayudarme en esta liberación.
Hoy sé que soy libre y quedo libre para siempre.
Hecho está. ¡Gracias, gracias, gracias!
Cuando hayas finalizado tu carta, preparas un día y un horario especial para leerla y quemarla.
Se trata de que busques un día a solas, en donde nada ni nadie te interrumpa y puedas hacer una “ceremonia de quema de carta” impactante para tu subconsciente.
Puedes encender, velas o inciensos para acompañarte, puedes quemar, si las tienes, fotografías de los miembros de la familia o bien fotocopias de las mismas.
Puedes quemar, si lo tienes, algún objeto de esas personas o bien algún objeto que te las recuerde.
Mantente consciente, de que no vas a quemarlos a ellos, vas a quemar “lo malo de ellos” para quedarte sólo con lo bueno. Así que no te asustes de quemar fotos.
Cuando llegue el día y el momento, lees tu carta completa, en voz alta, lentamente, para que tu inconsciente capte todo lo que estás soltando.
Una vez que la hayas leído, quemas hoja por hoja y vas juntando las cenizas para que al finalizar te deshagas de ellas.
Puedes enterrarlas, echarlas al aire, echarlas al hinodoro, tirarlas a la basura, eso lo decides tú. Se trata de que te liberes de todo aquello que tu inconsciente viene cargando y, peor aún, heredando.
Una vez quemada tu carta, deberás esperar 30 días, para que tu mente vaya asentando lo vivido, lo sentido, lo soltado.
Serán 30 días de cambios de ánimo intensos, días tal vez en que vivas una crisis de sanación (incremento de síntomas físicos, dolores, mareos, náuseas, etc). Algunos días, podrás tener mucho sueño, o no tener nada de sueño, estar alegre, triste, eufórico, emocionado, deprimido, etc. Y todo será perfectamente normal.
Para el día 30 o 34, te sentirás increíblemente ligero, con pensamientos y sentimientos más claros. Con paz interior, certeza y conciencia plena de todo lo que has soltado. Comenzarás a tener más claridad con respecto a nuevos rumbos, opciones, y podrás tomar las decisiones necesarias para iniciar tu nueva vida.
Importante: Este período varía de persona a persona, pueden ser 15 días, 30 días, 60 días e incluso hay personas que demoran 90 días en sentir los resultados y es completamente normal, todos somos diferentes.
Este tratamiento se puede hacer todas las veces que sea necesario por las mismas personas, PERO NO POR LOS MISMOS MOTIVOS. Es decir, si ya hice una carta de duelo por mi padre alcohólico, ya la quemé, ya dejé pasar los 30 días y dentro de un año recuerdo que una noche atropelló a una señora y huyó, hago nuevamente una carta, pero sólo por este atropellamiento, ya no menciono el alcoholismo, porque de eso ya hice el duelo.
Y tengan a mano este tratamiento, porque nos faltan muchas cosas por vivir. Por lo tanto, si en 10 años, tenemos nuevos problemas cargando con familiares, amigos, compañeros de trabajo, jefes, etc., podemos volver a hacerla para no heredar a nuestros hijos nuestros futuros errores o fallas.
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