martes, 5 de enero de 2016

ESE OLOR A MAMÁ



Mamita, ¡cómo hueles rico!" (Eso me dice mi pequeña de seis años con quien estoy acostada conversando).
-"Pero mi amor, ¿a qué puedo oler si no uso lociones, ni perfumes, ni cremas? Con seguridad no huelo a nada".
-"Te equivocas, mamita, hueles rico, "HUELES A MAMÁ", me contesta sonriente.
Esta respuesta me llena de emoción y me hace pensar: Es una respuesta linda, llena de amor y de ternura.
HUELES A MAMÁ. Yo nunca había pensado en ese olor, no lo había llamado así, nunca supe definirlo, pero ahora sé que mi madre huele dulcemente a mamá.
HUELES A MAMÁ cuando estás llena de ternura, de amor, de cariño y de comprensión.
HUELES A MAMÁ cuando juegas con tus hijos sin importarte qué pasó con tu arreglo. Cuando con ellos vuelves a ser niña y compartes el yoyo, la pelota y la muñeca.
HUELES A MAMÁ cuando con ellos cantas y cuentas cuentos. Cuando escuchas sus quejas y oyes sus problemas.
HUELES A MAMÁ cuando encuentras palabras adecuadas en sus momentos tristes.
HUELES A MAMÁ cuando les dedicas todo tu tiempo cuando están enfermos.
HUELES A MAMÁ cuando les permites invitar a sus amigos sin preocuparte cómo te dejan la casa.
HUELES A MAMÁ cuando soportas sus chanzas pesadas; cuando les hablas de su deporte favorito, así no entiendas nada.
HUELES A MAMÁ cuando les reprendes a tiempo e impones una disciplina dulce pero firme.
HUELES A MAMÁ cuando sabes decir SÍ y cuando sabes decir NO.
HUELES A MAMÁ cuando te afanas y preocupas por sus estudios.
HUELES A MAMÁ cuando procuras mejorar y aprender a ser mamá las veinticuatro horas del día.
Mi niña me dijo que yo olía a MAMA y me siento muy feliz.
Ojalá todas las mujeres tuviéramos siempre ese hermoso y dulce "OLOR A MAMÁ".

Autor desconocido

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