viernes, 9 de agosto de 2013

Que nadie te corte las alas

Nadie tiene el derecho de cortarnos las alas, nadie puede hacer que no volemos. ¿Acaso has visto cómo vive un pájaro encerrado en una jaula?
Es frustrante ver como el pobre animal salta de un lado hacia otro, porque ni siquiera podemos decir que vuela de un lado para otro, porque no tiene el suficiente espacio para alcanzar a abrir sus alas y volar.

Claro cada día que pasa el pájaro en la jaula, las alas se están atrofiando más, y ¿qué crees que pasaría cuando el pájaro quiera volar porque le dieron libertad? Ya sus alas no responderán pues están tan atrofiadas que ya no es capaz de moverlas como las pudo haber movido cuando se hizo apto para volar. Espero me entiendas esta paradoja que acabo de presentar y si puedes observar, así nos pasa a todos cuando permitimos que alguien nos corte las alas y no nos permita ser, ni mostrar, la verdadera esencia de lo que somos como personas.

Parece mentira decir lo que estoy diciendo y, más aún, cuesta pensar en ello, pues a simple vista creemos que estamos con la persona correcta o que estamos rodeados de las personas que debemos, pero si observamos bien, no siempre es así, no siempre estamos con la persona correcta ni rodeados de las personas correctas. Me refiero a que pensamos que en la empresa donde trabajamos, la persona con quien vivimos, decimos que son nuestros amigos, son las personas que quieren lo mejor para nosotros y que nos están dejando ser lo que verdaderamente queremos ser.

Pero desafortunadamente, no siempre es así, y encontramos todo lo contrario, encontramos que la gente que nos rodea no es la que nos ayuda a avanzar y a alcanzar nuestros sueños, al contrario, nos encontramos con personas llenas de resentimiento, envidia y rabia hacia nosotros y no nos dejan alcanzar las metas queridas ni los sueños propuestos. Que nunca te corten las alas, nunca permitas que te encierren en jaulas de rabia, resentimiento, obsesión, nunca dejes que te encierren en la jaula del apego o lo material, pues todas esas jaulas te encierran y nunca te dejan abrir las alas para llegar a lo alto de la vida.

Muchas veces hasta los mismos padres nos tratan de cortar las alas, quizá lo hacen inconscientemente, pero lo hacen y luego nosotros por nuestra cuenta no somos capaces de abrir nuestras alas ni quitar nuestros miedos y en consecuencia, no somos capaces de volar, o peor aún, no nos atrevemos a abrir nuestras alas por el miedo a volar. Por eso, fíjate con quien estas y de quien estás rodeado, fíjate tus metas y cuanto antes libérate de las jaulas y échate volar que durante el vuelo fortalecerás tus alas, y a pesar de que aterrizas varias veces, tendrás la seguridad de volver a emprender un vuelo largo y alto.


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