miércoles, 7 de agosto de 2013

El amor no puede morir

Esto no es el destino. Cuando Dios me mandó a este mundo, ya te había creado a ti. Es una unión de amor que persiste por los siglos. La unión de dos personas. Hallar a esa persona tampoco es fácil y sus razones son recompensadas, todos aquellos errores y el tiempo que invertiste en sanarlos también es recompensado. Cuando termines un ciclo siente lo que tu cuerpo quiera sentir, piensa lo que tu mente quiera soñar y siente todo aquello que sólo tú que conoces tu alma pueda saciar el dolor.

Todo lo opuesto a lo que experimentaste está manifestado en ese instante de salir adelante cuando la herida cerró, y sabrás que no es una confusión, pues permites aquel rayito de luz que te está enviando la persona significativa para que sigas un sendero creado al mismo tiempo que fuimos creados nosotros. Él no te ha podido encontrar, que entonces no te parezca raro que tan dolido este su corazón cuando se reencuentren ya que antes de ser creados existe el permiso de mirarse, olerse y así ser enviados a buscarse.

Tus errores han retrasado el tiempo, pero el tiempo suele engañar, no te fíes. No hay tiempo perdido simplemente te has tardado un poco y es sólo un poco. Ella confía en el poder de cruzarse y quedarse para tener completada su vida. Tu mente no te engañaría nunca, ella es sabia confía en sus decisiones y las razones que las respaldan si escogiste estar con ella para toda la vida respeta esa decisión, si no lo cumples por obedecer a tu corazón puede engañarte y no debe ser así, porque el corazón suele confundirse, y sus razones permanecen sólo si estás concentrado en el momento.

Las recompensas a todo ese dolor han llegado y un nuevo ciclo comienza a abrirse nuevamente. Prepárate para recibirlo. Ofrecele todo lo bueno de ti. Todo aquello que hizo sentirte orgullosa cuando superaste la tempestad. Sin mentiras, sin mañas, sin traición. Sólo ofrece tu amor.
Quizá esa persona ya está contigo, porque tú lo decidiste, porque lo sientes de alguna forma especial y congruente. Síguela a donde vaya dale tu amor, pero no le entregues tu persona eso sólo te pertenece a ti.

De lo demás no me preocupo, me preparé para recibirte y nada me podría sorprender sé que eres tú, y habrán cosas que no me competen discurrir, confío en tu inteligencia y tu comprensión como hombre. Jamás te he fallado porque aun cuando no te conocía jamás te fallé pues me preparé para recibirte y ahora que te tengo en mi vida nunca lo haré.

Y confío en quien creó este amor, y los senderos que nos han unido, los errores que me hicieron hoy en día como soy y como me has aceptado.

Acepto lo que constituye tu persona. Aquí me tienes para que nunca te cuezan las dudas. También confío este amor que no puede morir a las manos que diseñaron nuestras vidas para compartirlas siguiendo el objetivo que desprenden los rayos del cielo cada día.

Acércate y pregunta a esa persona cualquier duda que nazca en tu corazón, confía en ella. Nunca supongas nada porque todo ya está escrito.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario